Los cuerpos celestes que conforman el universo. (Primera parte)
Desde su origen hasta la actualidad, el universo ha estado en constante expansión y enfriamiento. Este proceso permitió la aparición de distintas clases de cuerpos celestes como las estrellas, las galaxias, las nebulosas, los agujeros negros, los cuásares, los planetas y los satélites o lunas.
Las estrellas.
Son cuerpos celestes de grandes dimensiones en cuyo interior se producen reacciones nucleares que provocan la emisión de una gran cantidad de energía, en forma de luz y calor, al espacio exterior. En el universo existe una gran cantidad de estrellas que pueden clasificarse según su color y tamaño.
Las nebulosas.
Son enormes nubes formadas por la acumulación de polvo cósmico y gases como el hidrógeno y el helio. Estos cuerpos celestes se clasifican en nebulosas oscuras, que son aquellas que se encuentran alejadas de las estrellas y, por tanto, no emiten ningún brillo; en nebulosas por emisión, que captan la energía la energía de algunas estrellas cercanas y la emiten en forma de brillo, y en nebulosa de reflexión, que, como su nombre lo indica reflejan el brillo de una estrella cercana.
Los agujeros negros.
Son regiones en el espacio que, debido a su gran fuerza gravitacional, adsorben cualquier cuerpo cercano a ellas. Su fuerza es tan grande que ni si quiera la luz puede escapar.
El físico ingles Stephen Hawking considera que el origen de estos cuerpos celestes se da a partir de la extensión de estrellas de gran masa. Después de varios millones de años, la fuerza gravitacional de cada una de dichas estrellas comienza a ejercer fuerza sobre la misma, originando una masa y convirtiéndose en una estrella enana blanca. Dicho proceso sigue hasta el colapso del astro por la acción de la autoatracción gravitatoria que termina por convertirlo en un agujero negro.
Los cuásares.
Son galaxias que emiten una gran cantidad de energía en forma de luz, radiación ultravioleta y ondas de radio. Estos cuerpos celestes son similares a los agujeros negros y, al igual que ellos, tienen una extraordinaria fuerza de atracción, pero, en lugar de absorber todo lo encuentra a su paso, expulsan grandes cantidades de energía lo cual lo hace visible a pesar de la distancia.
Fuente bibliográfica:
- Libro: "Los caminos del saber", sociales 6°. Editorial Santillana 2013. págs. 20 y 21
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